El Renault Type G de 1902 representa una de las primeras etapas del desarrollo automovilístico de la marca francesa, que ya entonces mostraba un enfoque técnico avanzado y una notable atención al detalle. Este modelo fue uno de los primeros Renault en incorporar innovaciones que marcarían tendencia, como la transmisión por eje cardán en lugar de cadenas, lo que supuso una mejora significativa en fiabilidad y suavidad de conducción.

Equipado con un motor monocilíndrico de aproximadamente 864 cc, desarrollado por De Dion Bouton, el Type G ofrecía unos 6 CV de potencia, permitiendo alcanzar velocidades de entre 30 y 45 km/h, una cifra más que respetable para los comienzos del siglo XX. El chasis, de estructura ligera y resistente, y la carrocería tipo Tonneau o Phaeton, hacían de este coche un vehículo práctico tanto para uso urbano como para pequeñas excursiones por carretera.

El Renault G fue una muestra del compromiso de la marca por fabricar automóviles accesibles, fiables y técnicamente superiores. Su sistema de refrigeración por agua, la posición frontal del radiador y el uso de componentes metálicos de alta calidad reflejaban la búsqueda de perfección mecánica característica de Louis Renault.

Hoy, el Type G es un modelo extremadamente raro y valorado por coleccionistas e historiadores. Más allá de su estética elegante y su encanto artesanal, simboliza el espíritu pionero de Renault en una época en la que conducir era toda una aventura. Este vehículo no solo es una pieza de ingeniería, sino un testimonio vivo de los orígenes del automóvil moderno.