El Biscuter Voisin de 1957 es un auténtico icono del ingenio y la austeridad de la España de posguerra. Fabricado por Autonacional S.A. bajo licencia del diseñador y visionario francés Gabriel Voisin, este microcoche fue concebido como una solución económica y funcional para un país que comenzaba lentamente a reconstruirse. En un contexto de escasez y limitaciones industriales, el Biscuter ofrecía movilidad a bajo coste y se convirtió en un símbolo de esperanza y modernidad.

El diseño del Biscuter era sencillo pero muy ingenioso. Contaba con un diminuto motor monocilíndrico de 197 cc, refrigerado por aire, que entregaba alrededor de 9 CV y le permitía alcanzar una velocidad máxima cercana a los 75 km/h. Su transmisión era directa, sin marcha atrás, aunque en algunas versiones se añadía un sistema reversible que permitía al motor girar en ambos sentidos. Pesaba menos de 300 kilos y su estructura estaba construida en aluminio, lo que le daba gran ligereza y bajo consumo.

El Biscuter Voisin se fabricó en varias variantes, siendo las más conocidas el Biscuter 200-A (descapotable) y el Comercial (para pequeños repartos). Su estética minimalista y su practicidad lo convirtieron en el vehículo ideal para la movilidad urbana. Aunque modesto, representaba libertad en una época de privaciones.

Durante su vida comercial, entre 1953 y 1960, se produjeron cerca de 12.000 unidades. Hoy, el Biscuter es una pieza muy valorada por coleccionistas de microcoches y amantes de la historia automovilística. Su rareza, su simplicidad y su encanto nostálgico evocan una época en la que la imaginación suplía la falta de recursos, y en la que un vehículo tan humilde como este podía simbolizar todo un sueño de progreso.