El Hispano-Suiza T56Bis de 1932 es una de las creaciones más distinguidas de la legendaria firma española, reconocida mundialmente por su elegancia, potencia y perfección técnica. Este modelo fue una evolución del T56, y simbolizaba el refinamiento supremo alcanzado por la marca en su búsqueda constante de la excelencia. Fabricado en Barcelona bajo la dirección del ingeniero Marc Birkigt, el T56Bis unía el lujo artesanal con soluciones mecánicas innovadoras que rivalizaban con los mejores coches europeos de su tiempo, como Rolls-Royce o Delage.
El corazón del T56Bis era un motor de seis cilindros en línea y 9.5 litros de cilindrada, capaz de desarrollar entre 160 y 180 CV, una cifra impresionante para su época. Gracias a su sistema de frenos servoasistidos —una patente de Hispano-Suiza que revolucionó la seguridad en la conducción— y su transmisión manual de cuatro velocidades, este vehículo ofrecía una experiencia de manejo sorprendentemente suave y controlada.
Cada ejemplar del T56Bis era una pieza única, ensamblada a mano y carrozada por los talleres más prestigiosos de Europa, como Saoutchik, Vanvooren o Fiol. Los interiores destacaban por su refinamiento: tapicerías de cuero natural, paneles de madera noble y detalles cromados que desprendían una elegancia atemporal. Su diseño exterior, con líneas fluidas y proporciones majestuosas, reflejaba la combinación perfecta de potencia y belleza.
El T56Bis fue el automóvil de los grandes empresarios, aristócratas y personalidades de la época. Hoy, es una auténtica joya del coleccionismo automovilístico, símbolo del esplendor técnico e industrial que Hispano-Suiza alcanzó en los años treinta. Cada unidad superviviente es un testimonio de un tiempo en el que los coches eran verdaderas obras de arte sobre ruedas, donde la precisión mecánica se fundía con el más alto sentido del lujo.

