El SEAT 600D Descapotable de 1966 representa una de las variantes más entrañables y elegantes del mítico utilitario español. En plena década de los sesenta, el SEAT 600 ya se había convertido en el símbolo del progreso social y económico del país. La versión Descapotable ofrecía una nueva dimensión: la misma practicidad y fiabilidad del modelo base, pero con el encanto y la libertad de la conducción al aire libre.
Derivado del SEAT 600D, esta versión mantenía el motor trasero de cuatro cilindros y 767 cc, que entregaba unos 25 CV. Gracias a su ligereza —poco más de 600 kg— podía alcanzar velocidades cercanas a los 100 km/h. Su caja de cambios manual de cuatro velocidades y su dirección directa lo hacían fácil de conducir y de mantener, algo fundamental en una España donde el automóvil era todavía un lujo para muchos.
El Descapotable no era un descapotable completo, sino una versión con techo de lona retráctil que se enrollaba hasta el portón trasero, manteniendo los marcos laterales. Esta solución, heredada del Fiat 600 Transformabile, permitía disfrutar del sol y del aire sin comprometer la rigidez estructural del vehículo. Su aspecto alegre y desenfadado lo convirtió en un icono de los veranos españoles, muy popular entre jóvenes y familias que empezaban a disfrutar de sus primeras vacaciones motorizadas.
El SEAT 600D Descapotable encarna la felicidad y la sencillez de una época. Más que un coche, era un símbolo de libertad, de carretera y de futuro. Hoy, los pocos ejemplares que sobreviven son auténticas piezas de colección, restauradas con mimo y admiradas en concentraciones de clásicos. Su mezcla de nostalgia, historia y encanto mediterráneo lo mantiene como uno de los SEAT más queridos de todos los tiempos.

