El Porsche 911 SWB de 1965 es una auténtica leyenda del automovilismo mundial. Fue una de las primeras versiones del icónico 911, el modelo que redefinió el concepto de coche deportivo y que sigue siendo, seis décadas después, el corazón de la marca alemana. La sigla SWB (Short Wheel Base) hace referencia a su “batalla corta”, de 2.211 mm, una configuración que le confería una agilidad y respuesta muy particulares, y que lo convierte hoy en una de las versiones más buscadas por los coleccionistas.

Diseñado bajo la dirección de Ferdinand “Butzi” Porsche, el 911 original reemplazó al veterano Porsche 356, combinando elegancia y rendimiento en un formato 2+2. El modelo de 1965 montaba un motor bóxer de seis cilindros y 1.991 cc, con refrigeración por aire, que desarrollaba 130 CV a 6.100 rpm. Gracias a su bajo peso —poco más de 1.000 kg— alcanzaba una velocidad máxima cercana a los 210 km/h, una cifra impresionante para un deportivo de calle de mediados de los sesenta.

Su estructura ligera, su chasis equilibrado y su distintiva tracción trasera ofrecían una experiencia de conducción pura, aunque exigente. El SWB se caracterizaba por su comportamiento ágil, aunque algo nervioso al límite, lo que más tarde llevó a Porsche a alargar la batalla en las versiones posteriores (LWB) para mejorar la estabilidad.

Estéticamente, el 911 SWB conserva la pureza original del diseño: faros redondeados, líneas limpias y una silueta que se ha convertido en símbolo de la marca. El interior, con su característico cuadro de cinco relojes y materiales de alta calidad, reflejaba la obsesión de Porsche por la funcionalidad y la precisión.

Hoy, el Porsche 911 SWB (1965) es una pieza de colección extremadamente valorada. Representa el nacimiento de una leyenda y la esencia del “espíritu Porsche”: ingeniería brillante, diseño atemporal y emoción en cada curva.